El número de contagiados se ha multiplicado y se empieza a crear incertidumbre económica para las empresas
Thomas Galliano. Institut Les Vinyes, 3º de ESO. Cubelles.
Desde el jueves 12 de marzo de este año han dado la alerta en España de cuarentena. Con ella, han incluido unas instrucciones a seguir para no contagiar o contraer el Covid-19, también llamado coronavirus, como no salir a la calle a menos que no sea para algo indispensable como hacer la compra o trabajar, lavarse las manos muy seguido y evitar tocarse mucho la cara. El virus afecta principalmente a la gente mayor de edad y los primeros casos se han registrado en Madrid.
Como era de suponer, la gente no se lo toma en serio o piensa que es una exageración. Desde entonces los casos se han multiplicado por diez solo en España.
Los españoles están desesperados por su situación económica, muchos pueden seguir trabajando, pero esto afecta más a los autónomos que tienen un bar, locales comerciales o estudiantes universitarios. Todas las actividades comerciales con contacto al público se ven obligados a no poder trabajar y a lo largo del tiempo llegará a generar preocupación, miedo y muchas preguntas sobre “¿Cómo pagar el alquiler? ¿O la hipoteca? ¿O las facturas?”, es decir, será una cadena de deudas.
Por suerte, el estado ofrece lo que considera medidas urgentes extraordinarias para hacer frente al impacto económico y social del Covid-19. Ya son más de 50.000 autónomos que han solicitado la prestación extraordinaria de mínimo 661 euros mensual en base a su propia cotización. Algunos bancos ya han activado el protocolo de ayuda a las empresas y han puesto a disposición de pymes y autónomos una línea de liquidez de créditos. Con esta medida, los bancos quieren aportar liquidez a corto plazo y contribuir a solucionar el impacto que la epidemia tiene sobre las empresas. Además, se puede solicitar la deuda de moratoria hipotecaria para quien tiene que pagar la hipoteca y se ve imposibilitado. Esta medida ha sido aprobada por las autoridades del país y Gobierno.
En conclusión, la actividad económica en España se ha alterado bruscamente, afirma el Banco de España, y el coste de las medidas aprobadas que serán el apoyo a la Sanidad y el aplazamiento de impuestos llega a unos 17.427 millones de euros.