Por: Julia Baeza, Pol Santapau y Victor Lanz.
El artista Roc BlackBlock, junto con otros compañeros, pintó un graffiti del Rey emérito el pasado domingo 12 de enero. En este, el Rey emérito aparece con flechas republicanas y rodeado de mensajes, tales como “parásito” y de apoyo al rapero Pablo Hasél. Al día siguiente fue eliminado por los servicios de limpieza del Ayuntamiento de Barcelona. Es importante remarcar que el artista tenía permiso para pintar en esos muros. Por eso, el debate ahora es sobre la libertad de expresión y por cómo esta se le ha negado a los artistas.
Desde el Ayuntamiento de Barcelona aseguran que fue un error y que por este motivo y que se tomarán medidas para solucionarlo.
Ahora, es importante plantearse si realmente este graffiti es libertad de expresión o delito de odio. Por un lado, si el graffiti en cuestión fuese machista u homófobo nosotros estaríamos de acuerdo en su eliminación. Pero, ¿realmente es la misma situación? La monarquía nos la han impuesto y graffitis como estos, a menudo son la única manera para expresar nuestro desacuerdo. Además, la monarquía no está en desventaja ante nadie y el graffiti era legal.
A nosotros no nos parece bien lo que ha pasado. Es verdad que no podemos decir que el graffiti deba quedarse porque no seríamos del todo imparciales. De lo que sí estamos completamente seguros es de que el dibujo no se ha quitado de manera adecuada y que si realmente se tuviera que borrar, se tendría que haber debatido públicamente, aunque lo mejor sería que se quedase.
En conclusión, opinamos que como es una obra artística ubicada en un muro público y con un contenido no tan grave ni ofensivo, el graffiti debería quedarse.