Aunque este año esté siendo complicado, la clase de 3º de la ESO A del Institut Quatre Cantons ha querido celebrar el Carnaval. Lo habitual en años anteriores en este instituto era escoger un tema para disfrazarse, practicar un baile y decorar las puertas de las clases. Así, cada clase, individualmente, se disfrazaba en conjunto sobre un tema en concreto. Nuestro Carnaval consistía en dividirnos en tres grupos: unos buscaban disfraces (era importante que tuvieran buen precio y a la vez buena calidad), los otros escogían un tema para decorar la puerta (podía ser el mismo que el tema para el disfraz o no) y los restantes montaban un baile.
El día de Carnaval todos los cursos bajaban al gimnasio y hacían su baile. Antes de esto, unos jueces habían valorado la decoración de las puertas de cada clase. Al final del día, el jurado daba los premios a las clases ganadoras. Las clases no competían con todo el instituto. Se hacían dos grupos: 1º, 2°, 3º y 4° de ESO y 1° y 2° de Bachillerato. Según tu curso, competías con unos o con otros. Los premios se daban al mejor baile, a la mejor puerta y a la puerta con una decoración más sostenible. Luego, normalmente, el premio era ir a algún parque de tirolinas. Esta es una foto del baile de la clase 2ºD (ahora 3ºA), donde se disfrazaron de las Olimpiadas de 1992 en Barcelona. Allí, dos alumnos, Pol y Berta, se disfrazaron de Freddie Mercury y Montserrat Caballé y al final del baile hicieron un solo con la canción “Barcelona”.
Este año, debido a la pandemia del coronavirus, no hemos podido hacer el baile ni decorar la puerta, así que decidimos ir un día de algo bastante diferente. Así fue como decidimos que el primer día, el lunes, iríamos disfrazados de algún profesor. Mucha gente se disfrazó del profesor de educación física, Robert, ya que era tan fácil como llevar chándal y unas llaves en una cinta colgando del cuello. También fue bastante típico disfrazarse de Charo, la profesora de BRC, ya que sólo con ponerte un pañuelo ya la podías imitar. Algunas personas también se disfrazaron de Isaac, otro profesor de BRC. Para imitarlo, la gente llevaba un jersey de lana, se ponía barba, una mascarilla quirúrgica para arriba o hasta unos papeles en los zapatos para hacerlos puntiagudos.
El segundo día, el martes, había que ir de boda. Es por este motivo que algunos chicos llevaron traje y corbata y algunas chicas fueron con vestido. El tercer día, el miércoles, había que ir en pijama. No había mucha gente en pijama porque les daba vergüenza. Unos pocos como Saad Obaya de 3ºA, que fue con su pijama de dinosaurios donde ponía “T-Rex never sleeps” lo hicieron bien y lo llevaron. Posteriormente, el jueves se tenía que ir disfrazado de canis, hippies o pijos. La mayoría de gente fue de pijos aunque gente como Berta Sàiz, Saad Obaya o Otman Essamhi de 3ºA, vinieron al instituto con muchísima calle.
El último día, el viernes, tocaba disfrazarse a lo grande. Muchas clases no se disfrazaron o lo hicieron solo algunas personas por libre, pero la clase 3ºA decidió disfrazarse de personajes de Disney. Había personajes de Aladdín (donde había el genio con la lámpara, Jasmine y Aladdín), Ratatouille (donde había el chef principal y las ratas), Lilo y Stitch (donde estaban los dos protagonistas con un ukelele), princesas como Blancanieves, Bella, etc. No pudimos hacer ningún baile ni decorar la puerta, y además tuvimos un examen, “pero no pasa nada, es mejor eso que morirse”.
Además del Carnaval, algunos de los alumnos de la clase de 3ºA quisieron celebrar San Valentín, que caía ese mismo fin de semana. Estos alumnos pasaron por todas las clases de 1º, 2º y 3º de la ESO y explicaron que a la hora del patio estarían con una caja dando vueltas entre el patio y conserjería para que la gente pudiera entregar cartas de amor romántico/amistoso dirigido a estudiantes o profesores.
La verdad es que, aunque lo preparamos en solo dos días, tuvo mucho éxito y hubo muchas cartas que entregar. Algunas eran sólo de broma, pero otras eran en serio y algunas muy bonitas. Tuvo tanto éxito que hasta recibimos cartas de gente de 4º y de Bachillerato, que en teoría no participaban (porque si lo hacían habría demasiada faena para los organizadores). En la siguiente imagen, estamos pasando los textos a nuestra letra para que nadie pudiera reconocer a la persona que escribió la carta.