Clara Krisch: “El sistema escolar en Suiza es más anticuado”

La alumna Clara Krish

Clara Krisch es una actual alumna del instituto Quatre Cantons en Barcelona. Nació en Barcelona (Catalunya) y estuvo estudiando hasta tercero de primaria, momento en el que a sus padres les surgió un nuevo trabajo fuera, en Suiza. Hace aproximadamente dos meses volvió a Barcelona con toda su familia, incluido su hermano de nueve años. Ella había estado alojándose y estudiando allí durante cinco años, lo vieron muy claro y empezaron su nueva vida allí, con varios idiomas nuevos y unas costumbres diferentes.

Debido al trabajo de sus padres ha estado viajando mucho y ahora está en España por una temporada. En Suiza, Clara residía en un pequeño pueblo llamado Versoix. Su madre es abogada y su padre profesor de Universidad. 

¿Cómo te has sentido con este cambio de aires?

Es un poco diferente porque allí vivimos en pueblos pequeños. Tampoco ha sido un gran cambio, ya que yo ya había vivido aquí y estos años he venido durante las vacaciones. Al principio fue un poco estresante, pero estoy contenta de haber venido.

¿Te acogieron bien dentro del instituto?

Al principio pensaba que me costaría más adaptarme, pero los profesores fueron muy comprensivos y mis compañeros muy acogedores. 

¿Cómo fue cambiar de idioma tan radicalmente?

Aunque hubiera sido más difícil si no supiera catalán, me costó porque no había vivido aquí en cinco años. Como en casa hablamos inglés, perdí mucho mi catalán y español viviendo en Suiza. 

En relación a los estudios, ¿qué diferencias hay entre los dos países?

En general, el sistema escolar es más anticuado. Nos dan más deberes y tenemos que leer más textos. También hacemos menos trabajos en grupo. Sin embargo, las clases son más pequeñas y como tienes más opciones sobre qué clases quieres tomar, la clase generalmente está más concentrada y trabaja un poco más.  

¿Qué es lo que más echas de menos?

Lo que extraño más son obviamente mis amigos, pero hablo con ellos a menudo. También echo de menos que allí todo es más tranquilo, que hay menos prisa y yo creo que más tiempo libre, porque hay menos cosas que hacer después de la escuela. Extraño mucho el clima, aunque el sol y la temperatura aquí son agradables. También extraño la nieve, normalmente, extrañaría ir a esquiar, pero este año no se puede ir por culpa del coronavirus.

¿Qué fue lo que más te sorprendió de Barcelona?

Lo que más me sorprendió fue probablemente que todos viven muy cerca los unos de los otros y del instituto. Allí, tengo muchos amigos que tienen que conducir unos 30 minutos para llegar a la escuela y la mayoría vienen en tren o en coche. 

¿Es la misma cultura?

Creo que la mayor diferencia entre aquí y Suiza es la cultura. Primero, la gente de allí es mucho menos amistosa. También salen menos, como a los restaurantes o al cine. La gente también parece estar más cerrada y no habla mucho.