Hugo Hervàs es el tío de Jan Hernández, alumno de tercero de la ESO de l’Institut Quatre Cantons. Él es capitán de barco y hoy le haremos algunas preguntas sobre cómo se siente al manejar un barco. Se pasa muchos días seguidos dentro de un barco, donde las condiciones no son las mejores y nos encantaría saber sobre su día a día.
Explícanos un poco quién eres y qué haces.
Pues yo soy Hugo Hervás y soy capitán de barco. Estudié Náutica y Transporte Marítimo en Dinamarca. He estado en diferentes empresas y barcos distintos, y ahora estoy trabajando en Alemania transportando materiales y personal.
¿Cómo se te ocurrió ser capitán de un barco?
La verdad es que siempre me ha gustado mucho el mar, y cuando llegó el momento de elegir qué estudiar lo tuve claro, era algo que me gustaba.
¿Era tu sueño desde pequeño?
La verdad es que no, pero como ya he dicho, siempre me había gustado el mar, y me interesaba el tema.
¿Cómo se llega a ser capitán de barco, qué se tiene que estudiar?
La verdad es que es algo bastante “jodido”. Primero de todo tienes que asistir a una Escuela o Academia de la Marina Mercante para obtener la licenciatura oficial en Náutica y Transporte Marítimo. Después tienes que hacer prácticas como marinero antes de la graduación para obtener el título profesional de Piloto de primera o de segunda de la Marina Mercante. Posteriormente, debes superar los exámenes como oficial de barco y obtener un máster en Ciencias en Ingeniería Marítima o un campo relacionado. Y, por último, tienes que obtener la licencia de capitán de barco. Solo después de diez o más años de experiencia, puedes estar calificado para realizar este examen.
¿Cómo te esperabas que iba a ser hacer de capitán de barco?
Pues me lo esperaba muy diferente, me esperaba un trabajo un poco más estable, y no tan duro.
¿Qué se siente al estar tanto tiempo fuera?
Pues te sientes como muy… no sé cómo decirlo, solo. También depende de las condiciones del barco en el que trabajes, en algunos barcos te estás seis meses a bordo sin poder ver a tu familia en persona, a veces no son tantos meses, pueden ser tres, uno o incluso semanas, actualmente yo me paso seis meses en un barco en Alemania, y los otros seis con mi familia en Barcelona.
¿Te sientes solo?
A veces sí, pero también tengo amigos y compañeros a bordo que me hacen compañía.
¿En qué condiciones se trabaja en un barco?
Pues depende del barco, pero normalmente es muy duro, tienes que hacer muchos turnos nocturnos, no duermes muy bien, la comida no es la mejor…
¿Cuál es el barco en el que has estado en peores condiciones?
Sin duda en un barco de la fundación Open Arms, estuve trabajando allí y fue lo más duro que recuerdo. No nos dejaban atracar en puerto, llevábamos a muchos inmigrantes a bordo, no había casi espacio, las condiciones eran una “mierda”.
¿Cuál es tu rutina diaria en el barco?
Pues depende, a veces me toca hacer turno de noche… lo que es seguro, es que siempre nos tenemos que levantar súper pronto.
¿Qué haces para entretenerte?
Puedo hablar a mi familia, amigos… (siempre que haya cobertura) puedo jugar a los dardos: me compré una diana y siempre me acompaña en cada camarote en el que estoy.
¿Cuál ha sido tu viaje más largo? ¿Dónde fuiste? ¿Cómo te sentiste?
Uffff… pues la verdad es que no lo sé, he hecho travesías desde España a Brasil, de Italia a Groenlandia, por el Polo Norte…
Sabemos que has estado en muchas empresas diferentes, ¿en cuál te has sentido mejor?
La verdad es que en la que estoy actualmente estoy bastante bien, el barco tiene las mejores condiciones en las que he estado, dormimos en puerto, no en alta mar, la verdad es que estoy bien aquí.
¿Ha habido momentos en los que hubieras preferido trabajar de otra cosa y no estar tanto fuera? Si es que sí, ¿por qué lo pensaste?
No, la verdad, es un trabajo que me gusta y creo que eso es muy importante para poder hacer bien tu trabajo.
Por último, ¿podrías explicarnos alguna anécdota que te haya pasado durante un viaje o antes de embarcar?
Mmmm… Mira, pues te puedo explicar muchas cosas, como por ejemplo que hace poco anularon una travesía a Papúa Nueva Guinea por alerta de piratas, o que en un viaje al Polo Norte nos pasó por encima una orca, la verdad es que en ese momento tuve bastante miedo.